Cierto que no hace falta que sea el día del libro para escribir sobre la satisfacción de la lectura, pero las fechas hacen visibles las cosas que se dan como cotidianas sin más, y eso es bueno, tomar un ratito,, reflexionar, y señalar algún punto.
Soy lectora desde los cinco años, no, no os riáis, la disciplina de las monjas tenía eso, que daba igual si tu tacto no se había desarrollado adecuadamente, ni si tu evolución sensorio motora no te lo permitía.
Las monjas no entendían de esas sutilezas en los tiempos en que yo con una fría lámina de cinc, letra a letra arañando mis dedos índices aprendí a leer.
Mi primera cartilla en braille, mis primeros cuentos, los libros de la escuela.
Lo más grande pasar de tercero a cuarto, ahí el tamaño del libro cambiaba de pequeño a grande, de cuartilla a pliego.
Hacer la lista de pedidos a la biblioteca central braille de la once para tener libros que leer en verano, Dickens, Marc TWAIN…
Hasta que un día en el cole de Sevilla nos descubrió por primera vez Don Guillermo, profe de historia, el libro hablado.
Yo soy lectora braille de corazón, cuando lo que leo pasa de mis manos a mi alma, sin haber sido procesado previamente por mi cerebro, y la poesía, las frases filosóficas, las novelas líricas y lentas, donde cada palabra hace pensar.
Pero debo reconocer que en estos últimos años, en que la tecnología ha facilitado el acceso a la lectura tanto a las personas ciegas, es el leer escuchando lo que más utilizo.
La rapidez de convertir un texto a voz, de bajar un libro hablado de la biblioteca de la once, descargarme cualquier audio libro de Internet, poder utilizar tantos soportes para la lectura es casi un sueño hecho realidad.
Pero mis dedos cada vez leen menos, mi espalda lo agradece, en cambio ellos están tristes y necesitados de acariciar letras.
Un dispositivo braille vale demasiado dinero para tener uno en casa y poder leer acariciando.
Paciencia, espero que esto siga avanzando y que sea fácil en breve acceder de nuevo al braille como se merece y como nos merecemos.
Leer escuchando