Caminaremosotra vez.
Nunca me he planteado esto de caminar.
Como persona ciega he usado mis habilidades hasta donde he podido, y ello me ha permitido ir y venir, viajar, y recorrer todo el mundo o casi casi.
Mi intuición, mi oído, mi olfato, y hasta si queréis darle un punto de esoterismo, mis percepciones extrasensoriales….el bastón, mis perras guía, amigos, familia, han hecho siempre mi camino fácil y he sabido capear las dificultades sin pararme a pensar a penas qué es lo que me salva cada día de no golpearme en exceso, cruzar adecuadamente, o encontrar una calle o una estación de metro.
Pero esto delCovid19, esta pandemia, esta nueva forma de vivir en sociedad, en la ciudad, en las calles, me ha hecho analizar qué herramientas tengo ahora en mi mano,ahora que la distancia física y social marcará mis rutas,ahora que los sonidos van a ser más lejanos, la gente y el tráfico ¿estarán en el mismo bando?
Leyendo un artículo de Nuria Delsaz, gran periodista que ha escrito un diario de la pandemia en su muro de FB, me di cuenta de cosas de las que ni siquiera había recapacitado.
Cosas que damos por automatizadas, que de tantotenerlas integradas en nuestra vida, ni nos damos cuenta.
Desde el sonido de calentar la leche en un bar, el olor de la panadería con el pan reciente, o la persona que está a mi lado en un cruce, que con su perfume, o su olor a tabaco, y que me orienta para poder avanzar en el cambio de semáforo.
Ahora el sonido de los coches no me dejan oír a la gente más lejana, y mi olfato con las medidas sanitarias y la mascarilla, no me dejan percibir el mundo como antes.
Cada día descubro algo nuevo que ha cambiado y que hace que como persona ciega vuelva a reinventarme para seguir.¿Que os puedo decir?
No todos los días tiene una ganas de reinventarse. Y lo cierto es que no queda otra.
Tal vez sea la tristeza subyacente que nos atenaza de forma colectiva, o que desde agosto y sin mi perra guía, el mundo que me rodea perdió color, calor y alegría.
La verdades que Hoy, en esta mañana, y a esta hora, todo me parece tan hostil…Pero no soy yo de sentarme a lamerme las heridas y quedarme ahí sin más. De hecho, conforme voy quitando y poniendo frases en este post, ¡ya me voy viniendo arriba!
Seguro que volveremos a caminar de nuevo, porque como dice el poeta,» se hace camino al andar”. Y si eso es tal cual, y yo me creo todo lo que dice Don Antonio Machado,encontraremos la forma casi sin darnos cuenta, y después recordaremos el esfuerzo como algo que pasó, como pasará esta pandemia.
Mascarilla, gel desinfectante, lejía, guantes y a caminar.
Es muy poco poético, pero esto es lo que toca.
Practicar chino chano, yque la fuerza nos acompañe.