HOY ME ENCUENTRO PEOR
¿a qué fisioterapeuta no le han dicho semejante frase?
Vivo dos situaciones laborales muy diferentes en fisioterapia:
Trabajo en el instituto provincial de rehabilitación Gregorio Marañón de lunes a viernes en turno de tarde, es un hospital público.
Me gusta mi trabajo, me divierto con él, y me considero muy afortunada por ello.
El perfil de pacientes que tratamos mis compañeros y yo suele ser el típico enfermo crónico, neurológicos residuales, artritis y artrosis de varios años.
De vez en cuando aparece una fracturita, un esguince, una luxación para alegrarnos la jornada.
Cuando llegan mis pacientes, los evalúo, y con las orientaciones más o menos fiables del médico rehabilitador, diseño un esquema de tratamiento que voy variando según la evolución del paciente.
Por lo general, con la fisioterapia tradicional, sin grandes técnicas específicas, las personas mejoran su balance articular, su esquema corporal, disminuyen sus contracturas, y tienen menos dolor.
Pero de repente, llega el día antes de la revisión con el médico:
¡gran tragedia!
Ese día, quien más y quien menos, empeora.
La jornada antes de ira la revisión todo duele más, es como si el trabajo de un mes, se fuera al garete por arte de magia, las fascias se retraen, los músculos se tensan, e incluso aparecen molestias donde antes ni existían.
Seguro que hay alguna explicación psicológica a esto, que mil tratados, que mil tesis y estudios se han hecho sobre esto, pero yo, ¿que puedo hacer yo?
Soy científica por naturaleza, y si bien entiendo que el paciente encontrándose mejor, va a llegar a la consulta del médico rehabilitador y va a ser dado de alta, me pregunto a qué se debe esa resistencia a mejorar que un gran porcentaje de nuestros pacientes del hospital tiene.
Luego vivo la otra situación, tengo una clínica de fisioterapia privada, donde el paciente viene porque realmente le es urgente sentirse mejor.
Paga por una mejoría rápida, exige más de lo que nuestras manos quisieran darle para que esté en forma, pretende que en una sesión le resuelvas digamos por ejemplo su tortícolis, pues han oído que no sé qué fisio le hizo no sé que cosa a Mesi, a Ronaldo…. y en un par de toques mejoró.
No sé cual de las dos situaciones me abruma más, la verdad.