El otro día íbamos caminando por la Glorieta de Bilbao y nos dimos de frente con una chica súper maja con un cachorrito, lo más maravilloso fue que este, ¡era un futuro perro guía! El pequeñín iba con su chalequito amarillo identificativo, tan enano, ¡sólo mes y medio!
Le pedí a su dueña si podía acariciarlo y ella tan amable me lo permitió.
Es un labrador negro, como mi Goleta, con esa pelusilla que tienen los cachorros, tan suave, tan tierno.
¡No hay nada tan dulce y adorable como un labrador chiquitín!
Lo tomé en brazos, y pensé en Goleta cuando era pequeña, cuando Marta y Julia la cuidaron tanto para que ahora sea lo simpática y buena perra que es.
Y nunca me cansaré de agradecerles a ellas y a todas las familias que cuidan de nuestros perros y les ayudan a ser mejores para cuando sean nuestros guías.
Zumo es precioso, me imagino que con lo rápido que crecen, el tío ya estará enorme.
¡Ojalá le vaya bien y sea un gran profesional!